Uno de los grandes obstáculos que he identificado es el estigma social que rodea al Certificado de Discapacidad. Este estigma, desafortunadamente, afecta de manera particular a nuestros jóvenes, quienes muchas veces sienten miedo de solicitarlo por temor a ser juzgados o rechazados.
¿Y quién puede culparlos?
Vivimos en una sociedad que, a pesar de todos los avances en derechos e inclusión, todavía carga con prejuicios muy arraigados sobre lo que significa vivir con una discapacidad.
Hablar del Certificado de Discapacidad puede parecer un tema complicado o lejano. Sin embargo, es una realidad muy cercana para muchas personas que, día a día, enfrentan dificultades que no siempre se ven a simple vista.
Pongámonos en los zapatos de un joven que está considerando si solicitar el certificado. Este joven tal vez escucha constantemente mensajes como "tú puedes con todo" o "solo es cuestión de esforzarse más", y aunque estas frases pueden tener buenas intenciones, también pueden hacer que se sienta culpable por necesitar ayuda. Tal vez se pregunte: "¿Qué dirán mis amigos? ¿Me tratarán diferente? ¿Pensarán que no soy capaz?"
Estos pensamientos no solo afectan su autoestima, sino que pueden impedirle aceptar su realidad y buscar el apoyo que realmente necesita. Aquí es donde el autoestigma, esa vocecita interna que nos dice que no somos lo suficientemente buenos, se convierte en una barrera enorme.
Pero ¿qué pasaría si cambiamos la perspectiva? Imaginemos que, en lugar de ver el Certificado de Discapacidad como una etiqueta negativa, lo vemos como una llave. Una llave que abre puertas a recursos, apoyo y derechos que están ahí para ayudarte a vivir tu vida con la mayor plenitud posible. Este certificado no es un juicio sobre las capacidades de alguien, sino un reconocimiento de que, en ciertos aspectos, se necesita un apoyo adicional, y eso está bien.
En Neurolegalia creo que es importante que tanto la Administración Pública como nosotros, la ciudadanía en general, trabajemos para eliminar el estigma que rodea a la discapacidad. ¿Cómo podemos hacerlo? Primero, facilitando el acceso al certificado, especialmente para los jóvenes, quienes son más vulnerables a sentirse rechazados. Y segundo, cambiando el enfoque con el que hablamos de la discapacidad. En lugar de verla como una limitación, debemos reconocerla como parte de la diversidad humana.
Es importante que empecemos a ver el proceso de certificación no como un trámite administrativo o una etiqueta, sino como un paso hacia la igualdad. Cuando un/a niñ@, un/a joven o un/a adult@ recibe su certificado, deberíamos verlo como un momento de refuerzo y reconocimiento de su derecho a acceder a los recursos y apoyos que necesita.
or ejemplo, pensemos en alguien que necesita este certificado para obtener un tratamiento específico, o para acceder a una educación adaptada a sus necesidades, como las Becas NEAE. Sin el certificado, estas oportunidades estarían fuera de su alcance. Pero con él, se abren caminos que de otra manera podrían permanecer cerrados.
Así que, ¿por qué no cambiamos el discurso? En lugar de preguntar "¿Por qué necesitas un certificado?", deberíamos empezar a decir "¡Qué bien que tienes acceso a los apoyos que necesitas!". Cada vez que alguien obtiene su certificado, es un paso hacia una vida más plena y una sociedad más inclusiva.
¡Hasta la próxima!
En Neurolegalia estoy aquí para acompañarte en este proceso, para escucharte y apoyarte en cada paso del camino. Sé que el primer paso, reconocer que se necesita ayuda, puede ser el más difícil. Pero quiero que sepas que no estás sol@. Romper el estigma no es fácil, pero juntos podemos hacerlo.
¡Recuerda, el Certificado de Discapacidad no define quién eres, pero sí puede ayudarte a alcanzar todo lo que puedes llegar a ser! Si crees que mi publicación puede ser útil a otras familias, recuerda compartirla a través de tus redes sociales y WhatsApp 💜.
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